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«El perfume es la forma más intensa del recuerdo» – Jean Paul Guerlain
El perfume puede hacer que solo un momento del día se vuelva especial. Como seres humanos tenemos cinco sentidos, algunos desarrollan unos más que otros, pero el olfato es sumamente importante. Nos alimentamos de acuerdo a qué tan bien huele un plato, cuando estamos horneando un postre el aroma nos hace desear probarlo, cuando salimos en cualquier estación del año, el primer instinto será aspirar su aroma y, de acuerdo a esto, recibimos estímulos, nos sentimos felices, tristes, emocionados o de muchas otras formas. Estamos grandiosamente conectados con nuestros sentidos, por tal motivo, los perfumes son tan importantes. Cada fragancia está perfectamente creada con mucha intención en el horario de su uso.
Los mismos comerciales de perfumes nos dan indicios sobre para qué momento del día y temporada están hechos. Ejemplo de esto es One Million de Paco Rabanne, en diversas ocasiones el comercial se da en una fiesta nocturna. Dolce & Gabbana presentó Light Blue en el océano, evocando el mediterraneo y el verano. COCO MADEMOISELLE presentó a Keira Knightley quien comienza el día con unas gotas de la fragancia de Chanel. De este modo, también cobra sentido el hecho de que nunca un solo perfume es suficiente. Ahora, el reconocerlos depende de las notas que desprende, su intensidad y el tipo de flor, fruto o esencia.
Para el primer momento del día, el perfume adecuado tiene fragancias que despiertan los sentidos, pero sin ser muy fuertes. Es necesario que transmita confianza y calma para iniciar un día de trabajo con los ánimos bien altos. Mayormente resaltan los perfumes frutales o con toques cítricos; pueden ser dulces, como de manzana, floral, como rosas o fresias, e incluso lo más exótico, como pimienta rosa.
Para la tarde, cuando el día está cargado de dinamismo, es necesario dejar la huella en los sentidos de las demás personas, pero que perdure por largas horas durante la jornada, sin ser muy fuerte. Así, si finaliza el día en una cena, se mantiene el perfume intacto. Para ello se utiliza intensidad, dulzor y acidez, como vainilla, jengibre, limón, almizcle o madera.
Finalmente, el anochecer se caracteriza por la seducción, por supuesto puede haber calma y calidez, eso también dependerá de cada ocasión. Es muy común que en el mundo de perfumes se represente la noche como sensualidad, seducción y atrevimiento. Como dirían por ahí, «que la noche se vuelva una declaración de intenciones». Por esto los perfumes son intensos, lo logran con almizcle, ámbar o pachuli, y algunos florales como de jazmín, orquídea o violetas.
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